La Voz Profética

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La Voz Profética habla de parte de Dios, nace de un corazón consagrado y guiado por el Espíritu Santo.

«De la abundancia del corazón habla la boca» (Mateo 12:34).

Si el corazón está herido, entenderá desde el dolor; pero si está alineado con Dios, reflejará Su amor y verdad.


Corazón Consagrado y Propósito Eterno

El corazón consagrado

Un corazón limpio y entregado a Dios es la fuente de la voz profética auténtica. Este amor divino (1 Corintios 13) se manifiesta en palabras que edifican, corrigen y consuelan, siempre guiadas por el Espíritu Santo, quien escudriña las profundidades de Dios (1 Corintios 2:10).

Características de la voz profética

  • Edificación: Palabras que fortalecen la fe.
  • Amonestación: Corrección amorosa que llama a la renovación.
  • Consolación: La voz profética reconcilia y acerca a Dios.

El peligro de los falsos ministros

Hay personas que dan mensajes como «te tienen embrujado», «tienes una maldición» o «alguien te hizo brujería». Estas palabras no provienen del Espíritu Santo, sino de un espíritu de adivinación o manipulación. La verdadera voz profética nunca se enfoca en el miedo o la condenación.

La importancia del discernimiento

Es crucial ejercitar el don de discernimiento de espíritus (1 Corintios 12:10) para identificar qué espíritu está hablando detrás de una persona. Aunque las palabras puedan sonar espirituales, pueden venir de una fuente de manipulación y engaño.

La voluntad de Dios tiene está enfocada en como Él nos Diseño

La voz profética siempre apunta a la voluntad de Dios, que es «buena, agradable y perfecta» (Romanos 12:2). No confundamos profecía con adivinación; la verdadera profecía viene del Espíritu Santo y edifica, nunca daña ni manipula.

Fuimos diseñados para ser parte de un plan divino que abarca generaciones (Efesios 1:4). Somos engranajes en la obra maestra de Dios; si uno falta, la pieza hace falta. Por eso, la palabra profética verdadera es necesaria: para guiar, alinear y recordar nuestro propósito en el gran pacto de Dios.

Todos podemos profetizar, pero no todos son profetas

Aunque todos podemos profetizar inspirados por el Espíritu Santo (1 Corintios 14:31), no todos son llamados al oficio de profeta. Cuando se recibe a un profeta, este deja una impronta divina: consagra vidas a Dios, las alinea con Su voluntad y las prepara para cumplir su propósito eterno.

Preguntas de reflexión

¿Creés que Dios te hablaría de brujería o adivinación?

La verdadera profecía nos revela la profundidad del corazón de Dios. Jesucristo es el Espíritu de la profecía (Apocalipsis 19:10), y Su mensaje siempre apunta a la redención, la libertad y el propósito eterno. Si alguien te dice que tienes una maldición o que estás embrujado, pregúntate: ¿Esto viene de Dios, o es una manipulación para controlar o asustar?

¿Refleja esta palabra el carácter de Dios? ¿Esta palabra me acerca a Dios o me llena de miedo y confusión?

¿Está esta palabra alineada con la Biblia?

La verdadera voz profética siempre está en armonía con las Escrituras. Si alguien te dice algo que contradice sus principios, es una señal de que no viene de Dios.

La voz profética es un llamado a vivir en armonía con Dios, reflejando Su amor y verdad.

Que nuestras palabras, guiadas por el Espíritu Santo, sean semillas de edificación, consolación y esperanza, nunca adivinación, brujería o miedo, sino la perfecta voluntad de Dios.

Al recibirla, nuestras vidas son consagradas y alineadas con el gran pacto eterno. Ejercitemos el don de discernimiento para no caer en engaños, y recordemos que solo la verdadera voz profética, llena de revelación y vida, viene de Dios.

Febrero 2025

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